Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas.
La mayor desgracia es merecer la desgracia.
Todo adulador vive a expensas de quien lo escucha.
Ningún camino de flores conduce a la gloria.
En toda cosa hay que considerar el fin.
Cualquier poder si no se basa en la unión es débil.
De nada sirve el correr, lo importante es el partir a tiempo.
La imaginación tiene sobre nosotros mucho más imperio que la realidad.
La gracia, más bella aún que la belleza.
El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras.
La amistad, como la sombra vespertina, se ensancha en el ocaso de la vida.
A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo.
La avaricia lo pierde todo por quererlo todo.
La desdicha es el vínculo más estrecho de los corazones.
Engañar al que engaña es doblemente entretenido.
Las personas que hacen poco ruido son peligrosas.
Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda.
La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia.
Cosa dulce es un amigo verdadero; bucea en el fondo de nuestro corazón inquiriendo nuestras necesidades. No ahorra el tener que descubrirlas por nosotros mismos.
Por su obra se conoce al artesano.